Por: Rafael Antonio Hernández Garcez
Fecha de publicación: 09/10/07
Las elecciones para voceras y voceros del PSUV se realizaron en todo el país, dando como resultado la escogencia de unos catorce mil seres humanos que asumimos a partir de ese día llevar la voz, y defenderla, de nuestros respectivos batallones. Sí, catorce mil voceras y voceros que tenemos una alta responsabilidad con nuestra conciencia, nuestra revolución y con los colectivos en los cuales activamos.
Luego de ese proceso, base de la cual surgirán las delegadas y delegados al Congreso Fundacional que se instalará este mismo mes, han surgido algunas voces que, por supuesto que sí, muestran su indignación ante una natural intención de "secuestrar" el partido por parte de personajes que, investidos del poder que manejan en instancias de la representatividad, hicieron cuanto pudieron para usurpar la voluntad colectiva y convertirla en disfraz, en máscara de participación.
Algunos pudieron, otros no. Y quien esto escribe, por ejemplo, tuvo que luchar duro con todo el Batallón para que no se desconociera la voluntad de quienes alli exhibimos, sobre todo, una conciencia, una seriedad y una legitimidad a prueba de todo.
Ahora bien, me preocupa que el resultado obtenido en esa batalla que muchos presentamos se diluya ahora en la pasividad del "día después". Me inquieta que lo que ahora viene, provoque el olvido que les conviene a quienes intentaron y no pudieron secuestrar el proceso de elección de las voceras y voceros. Hay que tener mucho cuidado. Como ustedes saben, el Congreso Fundacional es solo un paso mas en la conformación de un partido que debe ser, por encima de todo, el brazo político de la Revolución pero, ese Congreso debe designar unas autoridades transitorias que, en lo nacional, lo regional y lo municipal, coordinen las acciones que en el futuro inmediato tendremos como organización política. Entonces? preguntaran ustedes.
Primera tarea: Hay mucha gente agazapada detrás de lo que algunos de nosotros estamos considerando una "derrota" de los presuntos plagiarios. Hay que identificarlos y exigirles sin dudar un segundo, que definan cuales son sus intereses reales de cara al futuro inmediato del PSUV. ¿Un cargo en el gobierno? ¿Una postulación a algun cargo de elección? ¿Una silla en el directorio del partido, en cualquiera de sus niveles? Entonces que se vayan! Que sea la voluntad popular la que defina quienes son los mejores hombres y las mejores mujeres, no el ejercicio irracional del poder que hoy tienen en las manos unos cuantos candidatos a plagiarios. Y esa voluntad popular, fruto siempre de la conciencia propia de quienes tenemos los principios siempre en alto y no de las prebendas o privilegios con los cuales nos van a seducir, será la mejor electora.
Segunda tarea: Los batallones deben estar activos y movilizados. Y, les digo esto porque ese sopor en el cual caemos a veces luego de cumplidas las tareas inmediatas, sumado a la intención de aquellos(as) de secuestrar el partido también será un arma con la cual intenten dejar sentado su dominio sobre los batallones. Y miren que hay cosas pendientes! El referendo, el derrumbar la mentira y la manipulación mediática sobre el proyecto de reforma, la organización de los batallones, la ampliación de la participación.
En fin, un trabajo que sólo puede ser bien hecho en la medida en que nos mantengamos movilizados y cohesionados. Sin dejar de lado, por supuesto, el necesario debate ideológico y el imprescindible estudio.
Tercera tarea: Jamás pensar que llegamos al final. Los agazapados volverán por sus fueros; la vieja política, infectada por el germen del puntofijismo, aún anda por allí. Nosotros(as), todos(as), voceras, voceros, comisionadas, comisionados, hombres y mujeres que sabemos la importancia del momento histórico que vivimos, tenemos que sembrar la buena semilla en el PSUV. No haremos nada, estimados y estimadas camaradas, si permitimos que esa decadente fauna se apropie del partido de la revolución. En tal sentido, pongamos las armas de la conciencia en el verdadero fondo del asunto: el debate, el combate dialéctico del día a día, de donde pueda salir un verdadero instrumento revolucionario y no una extensión impune de aquellos partidos que acabaron con este país. Para bien nuestro.
* Vocero del Batallón "Antonio José de Sucre (2)" del Liceo Sucre, Cumaná,
estado Sucre.
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Fecha de publicación: 09/10/07
Las elecciones para voceras y voceros del PSUV se realizaron en todo el país, dando como resultado la escogencia de unos catorce mil seres humanos que asumimos a partir de ese día llevar la voz, y defenderla, de nuestros respectivos batallones. Sí, catorce mil voceras y voceros que tenemos una alta responsabilidad con nuestra conciencia, nuestra revolución y con los colectivos en los cuales activamos.
Luego de ese proceso, base de la cual surgirán las delegadas y delegados al Congreso Fundacional que se instalará este mismo mes, han surgido algunas voces que, por supuesto que sí, muestran su indignación ante una natural intención de "secuestrar" el partido por parte de personajes que, investidos del poder que manejan en instancias de la representatividad, hicieron cuanto pudieron para usurpar la voluntad colectiva y convertirla en disfraz, en máscara de participación.
Algunos pudieron, otros no. Y quien esto escribe, por ejemplo, tuvo que luchar duro con todo el Batallón para que no se desconociera la voluntad de quienes alli exhibimos, sobre todo, una conciencia, una seriedad y una legitimidad a prueba de todo.
Ahora bien, me preocupa que el resultado obtenido en esa batalla que muchos presentamos se diluya ahora en la pasividad del "día después". Me inquieta que lo que ahora viene, provoque el olvido que les conviene a quienes intentaron y no pudieron secuestrar el proceso de elección de las voceras y voceros. Hay que tener mucho cuidado. Como ustedes saben, el Congreso Fundacional es solo un paso mas en la conformación de un partido que debe ser, por encima de todo, el brazo político de la Revolución pero, ese Congreso debe designar unas autoridades transitorias que, en lo nacional, lo regional y lo municipal, coordinen las acciones que en el futuro inmediato tendremos como organización política. Entonces? preguntaran ustedes.
Primera tarea: Hay mucha gente agazapada detrás de lo que algunos de nosotros estamos considerando una "derrota" de los presuntos plagiarios. Hay que identificarlos y exigirles sin dudar un segundo, que definan cuales son sus intereses reales de cara al futuro inmediato del PSUV. ¿Un cargo en el gobierno? ¿Una postulación a algun cargo de elección? ¿Una silla en el directorio del partido, en cualquiera de sus niveles? Entonces que se vayan! Que sea la voluntad popular la que defina quienes son los mejores hombres y las mejores mujeres, no el ejercicio irracional del poder que hoy tienen en las manos unos cuantos candidatos a plagiarios. Y esa voluntad popular, fruto siempre de la conciencia propia de quienes tenemos los principios siempre en alto y no de las prebendas o privilegios con los cuales nos van a seducir, será la mejor electora.
Segunda tarea: Los batallones deben estar activos y movilizados. Y, les digo esto porque ese sopor en el cual caemos a veces luego de cumplidas las tareas inmediatas, sumado a la intención de aquellos(as) de secuestrar el partido también será un arma con la cual intenten dejar sentado su dominio sobre los batallones. Y miren que hay cosas pendientes! El referendo, el derrumbar la mentira y la manipulación mediática sobre el proyecto de reforma, la organización de los batallones, la ampliación de la participación.
En fin, un trabajo que sólo puede ser bien hecho en la medida en que nos mantengamos movilizados y cohesionados. Sin dejar de lado, por supuesto, el necesario debate ideológico y el imprescindible estudio.
Tercera tarea: Jamás pensar que llegamos al final. Los agazapados volverán por sus fueros; la vieja política, infectada por el germen del puntofijismo, aún anda por allí. Nosotros(as), todos(as), voceras, voceros, comisionadas, comisionados, hombres y mujeres que sabemos la importancia del momento histórico que vivimos, tenemos que sembrar la buena semilla en el PSUV. No haremos nada, estimados y estimadas camaradas, si permitimos que esa decadente fauna se apropie del partido de la revolución. En tal sentido, pongamos las armas de la conciencia en el verdadero fondo del asunto: el debate, el combate dialéctico del día a día, de donde pueda salir un verdadero instrumento revolucionario y no una extensión impune de aquellos partidos que acabaron con este país. Para bien nuestro.
* Vocero del Batallón "Antonio José de Sucre (2)" del Liceo Sucre, Cumaná,
estado Sucre.
Rhgarcez@hotmail.com
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